La relación entre España y la Unión Europa es, no
solo interesante, sino también complicada. Empezando con su entrada en Europa
en el año 1986, la UE ayudó a España con sus seis objetivos en mente. La UE,
que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, todavía sentía las
consecuencias de una guerra que afectó el continente entero. La UE entonces es
una forma de mantener la paz, promover la subida del nivel de vida y el
desarrollo de los países, consolidar la democracia, crear un mercado común y
tener incluso un estado moderno de bienestar (cobertura universal). Estos
objetivos ayudaron a España a desarrollarse y modernizarse.
Pero
España tuvo que esperar bastante tiempo para ser miembro de la EU. En el año
1957, cuando se firmó el Tratado de Roma que creó el Mercado Común Europeo
(MCE) y la Comunidad Europea de Energía Atómica (EURATOM), España se quedó
aislada. Al comienzo Franco fue indiferente a este tratado, dándole poca
importancia, pero la verdad es que formó una fuerte alianza que España estaba
perdiendo. El MCE creó un mercado común entre los países miembros donde los
productos de cada país se podían mover con facilidad, eliminando aduanas y
fronteras interiores. Como explicó el profesor Tomás, el EUROTOM también fue un
paso importante para Europa, que deseaba “desarrollar tecnología nuclear
independiente de los Estados Unidos y Rusia.” El EUROTOM servía para no solo
compartir lo que había logrado descubrir si no también asegurar que este
desarrollo sería para uso exclusivamente pacifico. Cinco anos después, Franco
decide que formar parte de la Unión podría ayudar a España económicamente
(maec.es).
Después
de la caída de la dictadura en Grecia, este país ingresó en el año 1961 al MCE
formando lo que se conoce como la Europa de diez. Es precisamente un año después
que Franco quiso ingresar y formar parte de la Unión Europea. En este momento,
para evitar la entrada de España a la unión se estableció dos condiciones políticas
para la entrada a la unión. Un país miembro o asociado no puede tener pena de
muerte, y tiene que ser una democracia parlamentaria. Como España en este
momento seguía siendo una dictadura, no cumplía las condiciones y por lo tanto tendría
que esperar 25 años después de la entrada de Grecia para poder formar parte de
lo que hoy se conoce como La Unión Europea.
Como
España no pudo ser país miembro, después de nueve años la Comisión Europea y
Franco, llegaron a un acuerdo económico. Franco decide en 1970 firmar el
Acuerdo Preferencial Hispano Comunitario para facilitar el comercio entre los países
de Europa y también poder vender sus productos sin tarifas arancelarias
(maec.es). Pero hay una concesión clave. Las tarifas arancelarias de los
productos industriales, bajan antes de las tarifas de los productos agrícolas.
Esto sirve para proteger a los productos franceses e italianos, que van a
competir con los productos agrícolas españoles. España está dispuesta a
sacrificar esto para poder tener acceso al mercado. Pero en 1975 antes de morir
Franco se anula este compromiso por las cinco penas de muerte ordenadas de
miembros jóvenes de ETA y otros grupos. En 1975 muere el dictador y Juan Carlos
I es coronado como el nuevo rey de España. Cuando en 1976, Juan Carlos I puede
imponer un nuevo Jefe de Gobierno, Adolfo Suarez, un reformista, España cambia
totalmente separándose de la dictadura. De pronto se estableció sindicatos libres
y la legalización de partidos políticos. El día 15 de Junio de 1977, fue el día
de las primeras elecciones después de Franco. Estos elegidos y el nuevo
parlamento tenían el poder y el honor de crear la Constitución española,
creando en España una Monarquía Constitucional Parlamentaria. Este nuevo
gobierno mostró poco después que la situación, la democracia, no iba cambiar. En
1981 con el intento de Golpe de Estado, el Rey Juan Carlos mostró su apoyo al
nuevo gobierno como Jefe del Estado (The Second Transition). Aunque España
cumplía con las reglas y normas de la MEC, no formó parte de esta unión hasta
el año 1986, cuando Francia aprobó la integración. Hasta 1986 Francia se negó a
la entrada de España por el simple hecho de que España podía competir con sus
productos agrícolas. Alemania tuvo que aceptar un aumento del IVA (3% a 4%),
por el coste de la ampliación, para que Francia aceptaría la entrada de
Portugal y España.
Pero
así como Alemania tuvo que llegar a un acuerdo con Francia para que aceptara el
ingreso de España, España también tuvo que conceder en varios sectores de su
economía si querían formar parte de la UE. Dos partes afectaban mucho a España,
porque son de las industrias más grandes. España tenía que esperar 10 años para
recibir los beneficios del MCE en agricultura, y 14 años para la pesca. Esto
quiere decir que durante el periodo de transición, España seguía pagando las
tarifas arancelarías aunque estaban en la UE. Pero no se quejaban porque formar
parte de la UE era importante: iba a consolidar la nueva democracia, además de
dar un “aumento del nivel comercial
entre la Comunidad y España…y la modernización mediante los fondos europeos
para las regiones más retrasadas” (mace.es).
Aunque
muchas veces las promesas políticas no se cumplen, en el caso de España, la
Unión Europa tiene mucho que ver con la modernización del país, y el desarrollo
no solo económico, sino también social. En los años que tiene España en la UE
ha recibido más de lo que recibió toda Europa del Plan Marshall después de la
Segunda Guerra Mundial. Entre 1986 y 2006 España recibió 118.000 millones de
ayuda por parte de la UE (“El ‘Plan Marshall’ español”). Pero es importante
reconocer que este dinero no se le da a un país sin motivo, no es dinero fácil.
Como explica Krisztina Nagy en el artículo “La crisis de madurez para ganar
relevancia entre los grandes”, “Los fondos no son ayudas presupuestarías
directas. No transferimos el dinero y ya está. Están ligados estrechamente a
proyectos, que reciben pagos según y como avancen” (Ramírez). Así que tanto
como un país recibe dinero, la UE puede decidir quitarle las ayudas. Bulgaria
por ejemplo perdió “cerca de 1.000 millones de euros de ayudas por corrupción o
falta de control en todos los fondos europeos gestionados hasta ahora por el
país” (Ramírez). Es importante reconocer que un país no solo recibe dinero,
sino que también tiene que pagar para ser miembro. Lo que pasa con España y
otros países que reciben tanta ayuda es que la media comunitaria de renta per
cápita no ha llegado a un 100% de nivel. Después de que se llega a este 100%,
en vez de ser receptora neta, como España desde su entrada, hay que pagar más
de lo que va a recibir de ayudas, cambiando a ser contribuyente neto (“España
ha recibido de la UE un 1% del PIB en los últimos 10 años”). En el 2006, el
nivel de la media comunitaria supero el 90% (Martin). Esto ayuda a mostrar que
España formará parte de los contribuyentes netos para el año 2013.
Las ayudas que recibe
España de Europa se dividen en varias formas. Por ejemplo, las ayudas agrícolas
de los fondos de FEOGA, un organismo que pertenece a la comisión europea,
“suponen el 45,6% de todo lo percibido” (“España ha recibido de la UE un 1% del
PIB en los últimos 10 años”). El periódico El
País explica que, Europa no sólo contribuye dinero sino que también
controla la producción de productos. En este caso, no se produce más de lo que
se necesita, incluso controlando oferta y demanda de productos agrícolas.
Además evita que unos países tengan un monopolio de productos. Otra forma en
que estos fondos ayudan es por ejemplo en tiempos de crisis. Este año ha sido
un año seco y por eso el sector agrícola se ha afectado mucho. En muchos casos
el daño causado por la falta de lluvia es irreversible. Por eso la Unión
Europea ha aprobado un adelanto de fondos para ayudar a los agricultores
(elpais.com).
Muchos fondos también fomentaron
el progreso y el desarrollo en tecnología como trenes de alta velocidad. En el
año 1992 no existían en España trenes con este tipo de tecnología y ahora están
en operación no sólo estos trenes, pero el AVE también. Europa ha tenido tanta
influencia que se puede decir que de los 100 euros que invierte España, la UE
lo compensa con 38 euros. Cuando se trata de las autovías, la UE también ayudó
pagando de cada 10 kilómetros que se construyeron 4 kilómetros. FEDER, el grupo
que se encarga de “el desarrollo de las infraestructuras y ayudar a las zonas
deprimidas para corregir las desigualdades regionales,” distribuye estos fondos que hasta el año 2006 han sido
40.000 millones de euros (Martin). El dinero que invierte la UE en España ha
logrado ayudar a las empresas españolas. Concha Martín explica que “El 90% de
la inversión que recibe España de todo el mundo proviene de la Unión Europea.”
Esto quiere decir que sin la UE muchos negocios no tendrían los fondos
suficientes para competir en el mundo global. Por el dinero que Europa ha
invertido, si la economía de España cae, otros países en la unión sufrirían.
España ha tenido la oportunidad de crecer económicamente durante la época que
ha sido parte de la UE.
Tampoco se pueden negar
otros impactos económicos que vienen de la alianza con la UE. Un 75% de lo que
España exporta, se vende en el mercado común europeo. Por otro lado, el 65% de
lo que importa España tiene origen en un país Europeo (Navarro). El turismo que
en el 2005 contribuyó un 12% del PIB (producto interior bruto) español, y el 10%
del empleo, ha crecido suficientemente después de la integración (Piedrafita,
Steinberg, Torreblanca 47). Muchos turistas (87%) provienen de países europeos
que, por lo tanto, refuerzan este aspecto de la economía.
Además a de la economía, las
infraestructuras, y la agricultura, la entrada afectó los niveles de bienestar,
sanidad y calidad de vida. Estos niveles que afectan la vida del día a día de
los españoles han mejorado en los 26 años después de la integración de España
(Martin). Incluso como nos explican Piedrafita, Steinberg, y Torreblanca El Índice
de Desarrollo Humano, que incorpora la esperanza de vida, la educación, y el
PIB, “de los 177 países, España ocupa actualmente el número 21 del ranking
mundial” (72). Incluso en España la esperanza de vida para mujeres en el 2006,
era la más alta de toda Europa, con 83,7 años.
Todo esto comprueba que
con la entrada de España a la UE, la vida en general para los ciudadanos ha
mejorado. La UE logró sus seis objetivos fundamentales. Es fácil entender que
la vida en España depende mucho de la economía y la política de la Unión
Europea.
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